Vivimos tiempos difíciles, de eso no hay duda. Basta encender la tele y ver cualquier telediario. Los problemas que hay en Grecia, y los problemas que pueden venir después en otros países. El ciudadano medio en muchos países de Europa, como España, Portugal o Irlanda, ha sido obligado a realizar importantes esfuerzos y no tenemos la certeza de que la situación económica general vaya a mejorar. ¡Dios lo quiera!
Yo, como traductor, toda esta crisis económica se ha traducido en bajada de precios, algunos de mis clientes tardan más en pagarme y, a veces, hasta aceptar condiciones y clientes que en otras circunstancias serían inaceptables. Aun así, soy afortunado porque tengo trabajo, a veces mal pagado, de acuerdo, pero lo tengo; en cambio, conozco otros casos de traductores más jóvenes, que lo tienen más difícil, y si quieren trabajar algo deben aceptar condiciones sencillamente intolerables.
Es en estos tiempos cuando surgen los buitres para aprovecharse de la carroña. Un colega mío que prácticamente no recibe ningún trabajo me contó el otro día que había empezado a trabajar con un nuevo cliente. Me contó las circunstancias que más o menos os resumo.
Al parecer se trata de traducir al español artículos para una revista que se publica en Internet. Hasta ahí todo estupendo. La susodicha revista pertenece a una gran empresa rusa de finanzas. Pero la sede de la revista, y el dominio desde donde se publica, están ubicados en Malta. Me cuenta que este cliente les paga por transferencia bancaria, pero no les exige factura ni les ofrecen información fiscal alguna, ni CIF, ni ID fiscal de ningún tipo. Raro, raro…—empiezo a pensar.
Me sigue contando que lleva ya un mes traduciendo estos artículos, y que justo ahora ha recibido una transferencia bancaria por el importe de todo lo que ha traducido durante el mes. «Pues me alegro por ti—le comento—a ver si con esto empiezas a despegar». Menos contento me pongo cuando me dice que esa transferencia viene de un banco de las Islas Vírgenes Británicas, es decir, de un paraíso fiscal. ¡Madre mía!—pienso yo—ya me imagino de qué va el tema.
Luego me pregunta por el tema del pago del IVA, IRPF, etc. Entonces trato de explicarle a mi colega que su cliente, lisa y llanamente está operando en lo que se conoce como economía sumergida. Es como si llamas a un fontanero, te repara la avería, no te da factura, te ahorras el IVA, pero es una operación «en dinero negro». Pues esto es lo mismo. No puedes declarar IVA porque no tienes un ID fiscal de esa empresa, por lo cual no puedes emitir una factura legal, ni sabes si esa empresa va a declarar tu pago en su país, ni nada parecido. Hablando en plata, es un tipo de negocio «ilegal».
Me da pena porque creo que mucha gente se ve abocada a tener que trabajar de esta manera. Mi colega, de esta forma, al menos obtendrá algunos ingresos. Y yo ahora pregunto, qué es mejor, ¿no trabajar ni ganar nada o trabajar y ganar algo en la economía sumergida? Buena pregunta.
Yo, en cualquier, caso, le he recomendado que, en cuanto pueda y las circunstancias le sean más favorables, se deshaga de ese cliente.
No tan solo es ilegal sino que también da paso al chantaje. El ilegal no es tan solo el que lo da, sino también el que lo recibe. Le deseo suerte a tu colega.
Hola José, gracias por el comentario. Cuando se quieren hacer negocios con países sin cultura de pagar impuestos aparecen los problemas. La globalización, en cuanto a negocios, suena muy bien, pero está muy lejos de ser efectiva. Mientras no haya «globalización» en la concienciación de pagar impuestos, y en todos los países se normalicen los impuestos que hay que pagar y cómo hay que pagarlos, la globalización en los negocios seguirá dando problemas. Queda mucho camino por recorrer. Este colega mío fue a Hacienda con toda su buena voluntad de «legalizar» esta situación, le explicaron que es una situación ilegal y que solo tiene dos opciones: dejar de trabajar con ese cliente y denunciarlo, y además le advirtieron de antemano en la propia Hacienda que denunciarlo no serviría de nada (sería un gesto nada más), o no hacer nada y operar en la economía sumergida. ¿Qué hará mi colega? Él sabrá…
As long as your colleague gets paid, what the hell… If you knew what governments do with our tax money, you would relativize… 🙂
The only danger is that, if the customer stops paying, your colleague will not be able to do anything about it legally.
So your colleague should make sure he gets paid regularly… and be prepared to lose any unpaid amount sooner or later.
But, as you said, it is temporarily better than not having any work – unless your colleague can rely on a good social security sytem and look for better customers in the meantime?
You both might try online customer databases like:
– http://www.dnb.com
– http://www.kompass.com
– www.http://trendstop.knack.be/en/home.aspx (Belgian translation agencies and direct customers, by sector of activity; you will be able to choose importing/exporting companies and copy the direct e-mail address of the key people if you buy a login – for example after testing the system for free for 24 hours (you will already be able to copy the email address of the key people of up to 200 companies, not just the «info@» address) (I believe the system is about the same in the D&B and Kompass databases, which are more international. Someone told me that D&B is more English-speaking companies and that Kompass is more industrial companies, but since he was the salesman of the Trendstop website, this must be checked of course!).
All right, thanks Isabelle for the databases and for the comment of course!